
El sábado 21 de Junio de 2008, en el salón del club mencionado, se realizó una fiesta "a beneficio de algo o alguien". Se veía que la invitación era para jóvenes adolescentes, de secundario, bah!
A la una y media de la madrugada del domingo comenzaban a llegar los coches depositando grupos de jóvenes, rumbo a la fiesta.
HASTA AQUÍ, TODO BIEN, TODO NORMAL, TODO RUTINARIO, TODO ...
TODO FUE UN VERDADERO DESASTRE.
Los pibes, en vez de entrar al club, Olivos Rugby Careta, hacían LA PREVIA en la vereda de enfrente de la Institución, empedándose hasta lo increíble. Chicas y chicos bebiendo como desesperados Gancia, champán, vino en tetra pack (o tetra brick), cerveza y vodka, bebiendo directamente de los envases y en "vasos" hechos con la parte de abajo de botellas de plástico.
Los minutos pasaban, seguían tomando, no entraban al club, a pesar del frío que hacía ese sábado, y a eso de las tres de la mañana el desborde era de película. Varones orinando los frentes de las casas, gritándose para hablar, peleándose por motivos inexistentes. Y... "transando", chicas con chicos y chicas con chicas. No hay nada más triste que ver a dos chicas manoseándose, besándose, borrachas, contra la pared, delante de sus amigos y compañeros.
El 911 respondió a los cinco minutos de haberlos llamado. Enviaron dos camionetas policiales. Denunciamos ese infierno, para ellos (los chicos) y para nosotros. Somos vecinos que queríamos dormir y no queríamos participar de la "fiesta".
Los efectivos policiales no pudieron hacer NADA. Por la simple razón de que eran menores. Los padres de estos chicos, seguramente SÍ dormían tranquilos, "total se vuelven en coche o en remis".
A las seis y cuarenta y cinco del domingo 22 de junio, salió el último grupo, tan alcoholizados como todos los que se iban retirando, subieron a su COSTOSO AUTOMÓVIL, como los de todos los demás, y se fueron, acelerando al máximo, en un alarde de última "piolada", a los gritos y con la música al mango, para joder al vecindario.
Obviamente se cursaron tres cartas, dirigidas al Comisario de la Vicente López 3ª, al Intendendente Municipal (García), y al Presidente del Club en cuestión, con las firmas de varios vecinos. En la Municipalidad de Vicente López se abrió un expediente, del Club, todavía no se obtuvo respuesta (hoy es 2 de Julio), y el Comisario en persona se acercó a las dos horas de haber entregado la carta. Todas las cartas fueron con copia de las otras.
Al Comisario le manifestamos la posibilidad de que el Club LE VENDIÓ ALCOHOL A LOS MENORES, y que para no hacer pasar malos momentos a los vecinos, deberían habilitar el portón trasero, para que ingrese el público, a las fiestas. Y por ende, que sus coches los dejen del lado opuesto al que lo hacen, porque en ese frente NO HAY VIVIENDAS. Sólo una fábrica cerrada y campos de deportes municipales.
En resumen: que se maten, pero no en la puerta de nuestras casas.
Nota: CUANTO MÁS CAROS LOS COCHES EN QUE LLEGABAN LOS PENDEJOS, PEOR ERA EL COMPORTAMIENTO.
A la una y media de la madrugada del domingo comenzaban a llegar los coches depositando grupos de jóvenes, rumbo a la fiesta.
HASTA AQUÍ, TODO BIEN, TODO NORMAL, TODO RUTINARIO, TODO ...
TODO FUE UN VERDADERO DESASTRE.
Los pibes, en vez de entrar al club, Olivos Rugby Careta, hacían LA PREVIA en la vereda de enfrente de la Institución, empedándose hasta lo increíble. Chicas y chicos bebiendo como desesperados Gancia, champán, vino en tetra pack (o tetra brick), cerveza y vodka, bebiendo directamente de los envases y en "vasos" hechos con la parte de abajo de botellas de plástico.
Los minutos pasaban, seguían tomando, no entraban al club, a pesar del frío que hacía ese sábado, y a eso de las tres de la mañana el desborde era de película. Varones orinando los frentes de las casas, gritándose para hablar, peleándose por motivos inexistentes. Y... "transando", chicas con chicos y chicas con chicas. No hay nada más triste que ver a dos chicas manoseándose, besándose, borrachas, contra la pared, delante de sus amigos y compañeros.
El 911 respondió a los cinco minutos de haberlos llamado. Enviaron dos camionetas policiales. Denunciamos ese infierno, para ellos (los chicos) y para nosotros. Somos vecinos que queríamos dormir y no queríamos participar de la "fiesta".
Los efectivos policiales no pudieron hacer NADA. Por la simple razón de que eran menores. Los padres de estos chicos, seguramente SÍ dormían tranquilos, "total se vuelven en coche o en remis".
A las seis y cuarenta y cinco del domingo 22 de junio, salió el último grupo, tan alcoholizados como todos los que se iban retirando, subieron a su COSTOSO AUTOMÓVIL, como los de todos los demás, y se fueron, acelerando al máximo, en un alarde de última "piolada", a los gritos y con la música al mango, para joder al vecindario.
Obviamente se cursaron tres cartas, dirigidas al Comisario de la Vicente López 3ª, al Intendendente Municipal (García), y al Presidente del Club en cuestión, con las firmas de varios vecinos. En la Municipalidad de Vicente López se abrió un expediente, del Club, todavía no se obtuvo respuesta (hoy es 2 de Julio), y el Comisario en persona se acercó a las dos horas de haber entregado la carta. Todas las cartas fueron con copia de las otras.
Al Comisario le manifestamos la posibilidad de que el Club LE VENDIÓ ALCOHOL A LOS MENORES, y que para no hacer pasar malos momentos a los vecinos, deberían habilitar el portón trasero, para que ingrese el público, a las fiestas. Y por ende, que sus coches los dejen del lado opuesto al que lo hacen, porque en ese frente NO HAY VIVIENDAS. Sólo una fábrica cerrada y campos de deportes municipales.
En resumen: que se maten, pero no en la puerta de nuestras casas.
Nota: CUANTO MÁS CAROS LOS COCHES EN QUE LLEGABAN LOS PENDEJOS, PEOR ERA EL COMPORTAMIENTO.
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